TEXTOS 2009 - 2010
CULTURA AL DÍA Entrevista Jordi Batallé [ extracto ]
En la exposición de la Galería Edifor utilizas como material alas de mariposas tropicales enteras o cortadas. Qué significado tienen en tu pintura ?
Sí, introduje ese elemento natural, tal cual. Es el ala misma, no una representación de ella. Es la mariposa en sí con toda su hermosura. Durante mucho tiempo estuve paralizada delante de esa belleza, como muchas bellezas naturales nos paralizan. Pero en un momento, creo en un momento de cólera, rompí una que tenía en el taller, una Morpho muy grande y me di cuenta que una vez rota era tan hermosa como antes, es decir que guardaba su excepcional atracción. En ese momento me sentí capaz de introducirla, como fragmento, en mi trabajo. Yo las utilizo siempre en la caída, en el momento que van a desaparecer. La mariposa es un ser que vive muy poco tiempo. Vuelvo atrás otra vez con mis recuerdos de infancia : en el borde del mar, en la pampa, cuando las nubes de mariposas vienen arrastradas por el viento. Porque el viento pampero que viene de la cordillera es muy fuerte y las empuja hacia el mar y cuando llegan se humedecen, caen y desaparecen. A veces, sobre el borde de la ola junto con la espuma había alas y alas de mariposas. Las verdecitas claras de los trigales.
La violencia que sufren las hierbas altas de tus cuadros sólo pueden provenir de latitudes extremas, son el reflejo de las playas desérticas del sur del país, en Argentina ?
Sí, ese tipo de hierbas que están muy barridas por el viento son las mismas que reencontré, como te decía, en Escocia en las Islas Hébridas donde hay también esas hierbas salvajes que son como el reflejo del cielo ; en el sentido que la atmósfera interviene tal manera en su estática que sus formas están a la merced del viento. El árbol también participa de esa interacción pero la estructura rígida del tronco le guarda la vertical, por lo menos por un tiempo resiste. La hierba barrida por el viento es un resumen de la atmósfera y la naturaleza.
LAS SEÑALES IMPERCEPTIBLES EN ARTE EN COLOMBIA  [ extracto ]
Es curioso, pero estoy notando en varias pintoras argentinas contemporáneas esta misma actitud : un trabajo basado en la línea, pero no utilizada como límite – ese " alambre negro " que encierra las figuras en las academias – sino una línea " liberada " que es ella misma cuerpo y color y que por su proliferación orientada va construyendo estas verdaderas visiones a mitad de camino entre la vigilia y la ensoñación.
En otros artistas he encontrado a veces, gratuitos estos juegos de ciencia y amor por el oficio. No por cierto en el caso de Cristina Martínez que llega a imponernos su mundo algodonoso y – valga la paradoja- simultáneamente sólido y perfectamente construido como un nido. Se diría de ella- como de los mejores dibujantes actuales- que están literalmente inventando una técnica para darle al mismo tiempo un nuevo contenido.
Dice Max Bense en su Estética, " No es lícito pasar por alto el hecho de que el arte moderno, al relegar a segundo plano la corrección de la naturaleza y de la realidad, o bien al eliminarla por completo, se dirige menos a los sentidos que al espíritu "
No se puede decir mejor : los dibujos de Cristina Martínez son para los ojos – qué duda cabe ! – a los que sus armonías les producen una impresión de calma y de felicidad sensual..Pero son también para el espíritu, el que ciertamente no comparte tanta placidez, sino que se inquieta, se intriga como ante un alfabeto del cual no puede o no quiere acabar de descifrar todos los ocultos enigmas.
Damián Bayón
DIBUJOS EN LA GALERÍA MAÎTRE ALBERT  [ extracto ]
Nos pide, Cristina Martínez, que creamos en la veracidad de sus imágenes ? Probablemente, no. Porque su trabajo se sitúa sobre esa vertiente de la actitud artîstica que utiliza todos los artificios para repensar lo visible a fin de conferirle el poder de inquietar la mirada dando figura a lo que se oculta habitualmente a nuestro campo perceptivo. Luces tremoladas, sobre impresiones de formas producidas por connivencias de sombras, contornos indecisos captados en puntos de equilibrio minados por la fragilidad, masas sometidas a leyes de una construcción rigurosa tanto como a los avatares de una sorda descomposición, fragmentos de paisajes captados entre lo que los sostiene y lo que los fija : el enigma de la realidad está en el centro de este trabajo.
Todo sucede como si la mirada debiera pasar continuamente por el origen y el fin de las apariencias para dar substancia a su visión. De manera que los lugares donde surgen ventanas, cortes topológicos que evocan tanto piscinas como basamentos de arquitecturas, no permiten en ningún momento la ilusión realista.
Se podría responder a esta constatación que la utilización del lápiz de color en trazos repetidos contribuye a menudo a una especie de desaparición de la imagen como una lenta y progresiva erosión ; o bien que las playas de blanco que rodean de manera arbitraria las zonas donde el trabajo representativo se efectúa dan forma a un distanciamiento, a un sentimiento de desposeimiento de las superficies.
Observando bien los temas que vuelven de manera regular y su enracinamiento en la escritura gráfica, se constata que se trata menos para Cristina Martínez de hacer hablar las cosas que observa que de encontrar el lenguaje de sus fronteras y a partir de ellas organizar construcciones donde formas y luces, masas y fondos, sombras y cuerpos sólidos intercambian sus propiedades y no encuentran su razón que en el desgarramiento parcial, escapando a la exclusión mutua. La turbación es la frontera del orden clasificador. Basta con desplazar ligeramente las delimitaciones rigurosas para proyectar los signos con los que reflexionamos el mundo en una dirección donde la luz de la razón y la duda vienen jugando. Una deformación del encuadre, una línea interrumpida antes de tiempo, un giro oblicuo de los planos,una forma suspendida entre su proyecto y su conclusión, produciendo un desequilibrio sobre la mirada, conducen con firmeza a esa actividad del imaginario por la cual damos cuerpo a una inquietud indefinible.
No hay en estos dibujos ni sofisticación astuta ni manierismo intelectual, hay una tensión emocional muy viva a querer reanimar lo sensible por medio de una mirada reflexiva.
Anne Tronche
EL DESPLAZAMIENTO  [ extracto ]
El aire, la luz : son los olvidados de la mirada. Vemos las cosas y el mundo y no lo que los hace visibles...
Querer pintar lo que no tiene forma es querer representar lo invisible...
Cristina Martínez trabaja desde hace algunos años en esta dirección. Una hoja de papel, lápices de color y la voluntad de alcanzar ese punto donde la mirada bascula. " Yo tenté – dice ella simplemente- de acariciar el papel con una cierta regularidad " Por qué ? "  Para llegar hasta el punto donde el ojo puede ver y no ver más " Nada más que una superficie y el movimiento de la mano : la punta sola del lápiz tocando el papel, cubriéndolo poco a poco de una textura, que no lo empasta, que no lo hace falsamente profundo, pero lo deja claro.
Pero esta claridad no es la del blanco, aunque viene de él y depende del hecho que pasa a través de la fluidez de la textura coloriada, y esto es suficiente para darle una densidad, de la que percibimos que es la propiedad del espacio donde la vemos, al menos que no sea la calidad misma de la mirada en el momento que toca las cosas. La densidad es lo que da el volumen y sin embargo no hay otra cosa allí más que una encrucijada de trazos de lápiz sobre el papel al que el artista ha dotado del poder de retener el ojo y ponerlo en la posición que, siempre debiera ser la suya cuando la superficie de lo que ve le retorna su propia mirada cargada de la rela ción que se descubre. Entonces en un instante, dos dobles claros se cruzan y se penetran a través de la fluidez fecunda del aire...
En los dibujos de Cristina Martínez, el casi nada alrededor del que se cristaliza la representación proviene de las márgenes de lo visible. Esta elección desplaza el dominio del ojo pero igualmente desplaza el del sentido insistiendo sobre lo inadvertido. Entonces la interrogación se desplaza y puede formularse así – qué es lo que no veo al interior de lo que veo ? A partir de allí, no es sólo la mirada que es interrogada, pero su contenido. Y la imagen aparece como un lugar transitorio, donde la visibilité es menos una copia de lo visible que un ensayo de dar a ver la visión. Lo que era mental busca a verse al exterior y – dibujar de esta manera no es, como un guante dado vuelta, poner la cabeza al revés ?
Bernard Noël
EXPOSICIÓN en la Alianza Francesa de Buenos Aires  [ extracto ]
Todo está aquí en la indistinción del negro y del blanco, evocación más que descripción de una realidad singular. La obra exige pues que la mirada construya lo que ve. En cuanto al artista, éste parece luchar con la materia prima, una materia original, mineral y reacia : blanco de titanio, negro de humo, grafito. Los colores de la carne y los del paisaje están fuera de alcance en este momento en donde domina todavía la confusión primera. Todo un esfuerzo se concentra pues en la tentativa de hacer surgir de este caos un mundo de formas significantes.... Cómo , de la oscura incoherencia de los trazos y de las manchas arrojadas sobre el papel, aparecerá un rostro, una mirada ?
El artista se encuentra en la situación descripta por Ovidio en los versos con los que comienza el libro de las Metamorfosis : Antes que haya algo, un mar, tierras o un cielo que los cubra, el rostro del mundo sigue uniforme e indistinto bajo la bóveda celeste.
Una lluvia de trazos de fina pluma cubre el campo. Más que formas, Cristina nos da aquí constelaciones, organizaciones en los límites del infinito. Por medio del regreso obsesivo de la pluma, ella trata de cristalizar la diseminación que huye en lo más profundo de la noche. Pero en este registro estelar, el infinito está por doquier, materia, gas, espacios. Aureolas boreales se elevan sobre densidades negras, transforman el vacío en pleno, al abismo en objeto. Un movimiento browniano agita la materia en los confines de lo visible y el artista condensa la noche con su pluma febril para mejor arrojar allí sus estrellas.
Jacques Leenhardt
INTREVISTA EN ABSTRAKTIONNEN, DARMSTADT Dominique Abensour
El cuerpo del que Ud. habla no está ni en la imagen ni en el gesto, se lo siente en el cuadro y aparece en las palabras que emplea para decir la pintura cuando habla del " cuerpo del papel " o de " desnudar el paisaje " ?
Desnudar el paisaje es tratar de comprender por qué y cómo la mirada es repentinamente captada por un lugar. En esta operación la mirada trabaja, construye. Pero para que esta captación se manifieste hay que alcanzar un cierto grado de " transparencia ", un estado de entera disponibilidad. El cuerpo participa de ese estado y es en esos instantes de despojamiento que las imágenes se forman para confrontarse más tarde, en el taller, con la materialidad de los elementos que constituyen el cuadro.

Ud. decía que la mirada trabaja en un enceguecimiento de la visión ahora bien esta noción aparecía ya en los dibujos diurnos, donde mostrando muy poco impedía ver.
Hay una situación paralela en el tratamiento de la noche. Para mí la vista es una memoria. No puedo olvidar la enseñanza de Cézanne y su inmensa obstinación en interrogar lo que está viendo restituyéndolo en los códigos del pintura, dicho de otra manera, en un rectángulo plano.
Hay en mi trabajo una impulsión de expresión que se manifiesta algo de muy intenso que yo dejo pasar.
Es en ese movimiento de interiorización del paisaje que se produce esa necesidad de cegar la pintura.

Ud. me dijo una vez " cada palabra que agrego es como un pedazo que quito a la pintura "
La palabra participa de esta operación de enmascaramiento. Es un campo exterior a la pintura que puede esclarecer pero el verdadero lugar de la transformación no tiene palabras.
SUELOS  [ extracto ]
Cuál es el paisaje al ras de un astro ? A qué absurda gravedad se oponen esas fundaciones ? En seis estados que se responden, en una lectura múltiple e indivisa, fragmentos de construcciones sugieren un posible laberinto : palacio sin techo del Tiempo donde cada cámara complica el espacio de un más allá insospechado. Especies de muretes de apresto antes de la elevación ? Rastros arqueológicos ? El misterio del lugar reside en sus aberturas sin destino definido, en sus " entradas de socorro " : el toldo levantado de un hangar, colgaduras lapidarias apoyando la artificialidad de esta escena en bastidores, una escalera llevando a algún subsuelo y el oblicuo balanceo de las ventanas con aspecto de excavaciones tumbales. Todos esos planos mezclados invitan al vértigo : donde la gravedad falta, lo real flota. La tierra es una figura del cielo, a penas estabilizada en el relámpago de una mirada. Sobre qué cielo caminar que no esté truncado ?
Hubert Hadad